Pero ¿Quién fue realmente La Pascuala?

Pascuala Gaete fue quizás sin saberlo, el bastión que impulsaría y daría forma a la estructura de esta familia. Nacida en  abril de 1886 en Nilahue, Pumanque, destacó siempre por su carácter decidido y firme, lo que la llevaría a reinventarse posterior al fallecimiento de su esposo, quien fuera hasta ese momento el administrador del fundo donde vivían.

Como el bienestar  y futuro de sus hijas pequeñas dependía exclusivamente de ella, tomó lo que quedaba de su familia, así como algunas de sus pertenencias y abandonó la tierra que la había visto crecer y ser feliz.

Se establecieron en un Fundo en Peralillo, lugar en el que su hijo mayor trabajaba como jornalero y dónde sus hermanos le habían conseguido un puesto de trabajo junto a la servidumbre. Allí Pascuala hizo de sus habilidades manuales, así como de su inventiva el soporte que le permitiría mantener a su familia: Fue una hábil costurera y tejedora, trabajaba en madera, fierro y también en alfarería. En su faceta comerciante, tomaba el tren una vez por semana para vender gallinas, huevos y pavos, dinero con el que procedía a comprar mercancía y artículos que las mujeres del fundo le encargaban cada semana.

Zoila su hija menor y madre de los socios fundadores de este proyecto, fue la encargada de transmitir el legado de su madre, relato que hoy día ha servido de inspiración para dar vida a nuestras queridas Pascualas.